Por Lic.
Gisela Morales Arandia
Ilustraciones: Gloria de la Caridad García Hernández
IIOA La Habana CUBA
Introducción
El
presente trabajo tiene como objetivo explorar de manera breve algunos aspectos
de la relación entre la esclavitud y el racismo. La esclavitud es un elemento
esencial para analizar el racismo y los prejuicios de los que son objeto los
descendientes de africanos y africanas en nuestros días. La visión del otro/otra
ha configurado las relaciones de subalternidad a las que han sido y son aún sometidas
en todo el mundo las poblaciones de origen africano.
Se ha
debatido mucho sobre la fuerza de las creencias que los esclavos y esclavas
africanos legaron a nuestras culturas. En condiciones de opresión, lejanía de
sus lugares de origen; y lo que es muy importante separados de su grupo
étnico, fueron capaces de estructurar un
sistema de vida adaptado a las nuevas condiciones que les tocaba vivir. Es por
lo tanto imprescindible pensar que se anclaron en una concepción del mundo que
en gran parte les era común. En este sentido las tradiciones y los estilos de
vida constituyeron fuentes de libertad y de creatividad; puentes que fueron
tendidos entre sus tierras de origen y los lugares de destino en América.
La
esclavitud como fenómeno se remonta a la antigüedad, este fue un hecho muy
común en la vida de los pueblos de todo el mundo y adquirió sus propias
características de acuerdo a las culturas en las cuales se practicó.
En este sentido es importante hacer un análisis de la trata de
esclavos trasatlántica que se convirtió en un comercio lucrativo, estructurado
y organizado por compañías creadas para este fin en Europa. El comercio
triangular unía a tres continentes Europa, África, y América, se desarrolló durante aproximadamente cuatro
siglos, fue un elemento clave para formar la acumulación originaria del capital
y constituyó uno de los mayores desplazamientos forzados de población que haya
conocido la humanidad, una forma de genocidio cuya magnitud ha sido muchas
veces ocultada.
Para
estudiar el fenómeno de la trata de
esclavos es importante tener en cuenta que en África hubo dos formas de trata:
una trata interior que ocurría dentro de las propias sociedades africanas y
estaba destinada a satisfacer las necesidades del poder de los soberanos locales y otra exterior, hacia
el mundo mediterráneo, Asia, los países árabes y las Américas. La trata
exterior mediterránea se remonta a la
antigüedad, mientras que la atlántica comenzó en el siglo XV, se incrementó en
el XVII hasta su abolición en el XIX.
Según
estimados recientes si la trata de
esclavos practicada por los árabes en África, la cuenca del Mediterráneo y la India afectó a 12 millones
de personas entre los siglos VII al XIX, la trata trasatlántica deportó entre
15 y 18 millones al continente americano (UNESCO 2004, Mapas de la Ruta del esclavo, p. 11)
El
manejo de las estadísticas de los que salieron de África nos conduce a los modos de construir los
discursos sobre la esclavitud y a re – escribir estas historias desde la
perspectiva de los discriminados. No cabe
la menor duda de que la captura y el traslado a una tierra extraña, debió
representar para los esclavos, esclavas y para sus familiares un enorme
sufrimiento. Durante el viaje, que duraba aproximadamente dos meses y once
días, las condiciones de vida, el hacinamiento,
las enfermedades, los problemas ocasionados por el mal tiempo, los suicidios, las sublevaciones y otros, hacían
que fuera un viaje en extremo peligroso para la vida. De este modo se calcula
que alrededor de un 20 % de las personas embarcadas no llegaron a su destino en
América.
En
los siglos XVII y XVIII, los europeos acometieron grandes explotaciones mineras
y plantaciones de caña de azúcar, café, tabaco y otros productos, se creo así
una enorme red comercial panatlántica de comercio de seres humanos y mercancías
de la cual dependieron estas economías durante estos siglos hasta finales del
XIX, en el que se fue produciendo una abolición gradual y con indemnización de
la esclavitud.
En el
caso de Cuba, desde el inicio de la conquista (1511- 1512) fueron traídos
esclavos, pero no es hasta 1517 que la
Trata fue reconocida a través del asiento concedido por el
rey de España a Lorenzo de Gomenot.
La
riqueza de culturas del continente africano ha marcado el universo americano.
Ha sido muy difícil determinar los
orígenes de todos los seres humanos que fueron objeto de la trata. En este
sentido debemos tener en cuenta elementos de diverso orden: en primer lugar las
condiciones en el interior del continente africano, segundo características de
la captura y del traslado de los esclavizados, y en tercer lugar su llegada a
América y las condiciones de venta y traslado a los lugares de trabajo. Esto
hace que se perdieran los verdaderos orígenes nacionales y grupales de las
personas transportadas.
El
gran estudioso de nuestra cultura Fernando Ortiz ha enfocado este tema de la
forma siguiente:
“Muchas
veces en la imposibilidad en la que se encontraban los negreros de llevar la
especificidad etnográfica... los esclavos eran denominados según el país en que
se adquirían aún cuando no fuere el de su nacimiento”. Ortiz. Los negros
esclavos, p. 57
La
identificación étnica y religiosa se ha realizado por lo general teniendo en
cuenta el lugar de captura y embarque, y las declaraciones de sus captores. En
muchos casos ellos estaban obligados a convivir durante mucho tiempo en los
fuertes creados en las costas africanas en espera de los barcos en los que
serían transportados, de modo que ya desde esos momentos y durante el viaje conviven con experiencias culturales
diferentes a las de sus lugares de origen.
En
este contexto debemos hablar de pervivencia y no de sobrevivencia de los cultos
religiosos y de las tradiciones de origen africano en América (Menéndez). Este
legado pudiera insertarse desde la perspectiva de adaptación y continuidad, no
desde la lucha desde posiciones aparentemente inferiores. Las cosmovisiones de
la africanía han pasado a formar parte de nuestros legados más inmediatos en el
arte, en la cultura, en los diversos cultos, en la culinaria, la lengua, la
toponimia, la música y el quehacer cotidiano, entre otros.
El
análisis desde este punto de vista así
como de la importancia de este
componente de nuestra cultura, y
del respeto a la diversidad cultural, nos permitiría liberarnos de la visión
estereotipada heredada de las sociedades coloniales, reflexionar y explorar que
la visión que nos han legado los esclavizados no es monolítica. Las personas
esclavizadas tenían orígenes y extracciones sociales muy diversas y diferentes
roles en sus sociedades de procedencia.
Entre
los siglos XV y XVII se reconfigura una visión de la otredad desde el punto de
vista europeo, porque desde la antigüedad los seres humanos se habían
desplazado fuera de sus territorios y fronteras. Las guerras y conquistas de
territorios pueden ser colocadas en el centro del encuentro entre las culturas;
mientras que después del siglo XV lo son las empresas coloniales y el comercio
que dio origen a la acumulación originaria del capital, que a su vez hizo posible el desarrollo de los
pueblos hoy llamados “desarrollados”.
La noción
de racismo ha transitado por diversas etapas en la historia de la humanidad en
la que determinados pueblos han sido excluidos por otros en razón de su grado
de electividad con relación a lo divino, origen, costumbres, situación
geográfica, sentido de lo avanzado o civilizado. Los bárbaros, los salvajes,
los atrasados, los esclavos han sido varios de los términos usados desde esta perspectiva
para condenar; conquistar y someter a los demás.
Es muy
importante señalar que esa visión del mundo y del otro es una mirada y una
estructura construida por unas élites para justificar de manera muy coherente desde
el punto de vista cultural y religioso, desde el punto de vista de las
mentalidades la explotación de unos pueblos por otros e instaurar el dominio
del capital.
Dentro
de esta perspectiva el concepto de raza fue insertado desde una justificación
“científica” en la época avalada por interpretaciones de la Biblia , desde la cual debía
ser colocada esta noción desde el sentido de “verdad”. La visión que se tenía
de la Biblia
como verdad revelada a toda la humanidad
y el pasaje de Cam jugaron desde mi punto de vista un papel esencial en esta
construcción.
En
este sentido es muy interesante estudiar escenario en el que Cam (hijo de Noe)
supuestamente maldito por su padre (Gen. 9. 18 – 23) sería el llamado
descendiente de los pueblos negros de la humanidad. Este pasaje ha sido
empleado hasta la actualidad para justificar el racismo.
Desde
finales del siglo XVIII conviven dos maneras diferentes de ver el asunto. El monogenismo planteaba un origen único de la
especie humana que es Adán. Por otra parte el poligenismo comenzó también a
ganar fuerza y jugó un papel fundamental en la
construcción de la visión colonial a partir del desarrollo de la idea de
que la humanidad estaba dividida en diferentes especies que habían tenido
diferentes centros de poder (Rodríguez B.E, 2012)
Desde
la religión cristiana fue posible como un supuesto elemento divino construir,
legislar, concebir y “demostrar” la inferioridad de los africanos y sus
descendientes para sostener sobre ellos el sometimiento y la exclusión. Estas
ideas fueron además decretadas y se estamparon en el caso del mundo hispano en
los Códigos negros promulgados por la corona española.
Desde
este punto de vista la visión –
encuentro con el otro jugó un papel decisivo en la reconfiguración de las
relaciones de subalternidad desde 1492. Quizás en este sentido los siglos XV –
XVII son claves porque abrieron una época diferente para la humanidad: una
manera diferente de pensar el espacio – tiempo, desde los grandes “descubrimientos”
de occidente.
Entre
los elementos para observar y deconstruir la relación entre esclavitud y
racismo es muy importante el análisis de la resistencia de los esclavizados por
conquistar la libertad y sus derechos, la cual estuvo presente desde los mismos
orígenes de la trata trasatlántica. Y constituye en nuestros dias un referente
esencial en la lucha contra el racismo.
Los
orígenes de la resistencia se remontan a los mismos momentos en los estas
personas eran capturadas, se considera que una gran parte de los barcos
perdidos se deben a las sublevaciones de esclavos y a las escaramuzas con los
habitantes del litoral. Por lo general estas sublevaciones se producían justo
antes de la salida de los barcos, justo en el momento de partir. Mientras los
esclavos tuvieran la costa a la vista tenían posibilidades de alcanzar su
libertad si se lograba en ese momento dominar a la tripulación y según
documentos de la época los sublevados contaban con la ayuda de los pobladores
libres de las costas (Inikori 2000).
“Ya
en el siglo XVI los portugueses tuvieron que librar las llamadas “guerras del
bosque” contra los Quilombos, recintos fortificados que servían de refugio a
los cautivos angoleños fugitivos”. (UNESCO 2004. Luchas contra la esclavitud,
p.9)
Por
otra parte desde el otro lado del océano, “el comportamiento de los esclavos
consiguió modificar en los inicios las ideas sobre el reclutamiento. La
prohibición por cédulas reales, de importar gelofos a las indias occidentales
demuestra que estos eran más reacios que los demás, sin duda, porque ya estaban
islamizados.” (Tardieu. UNESCO, De la cadena al vínculo… p. 91)
Cuba
no constituyó una excepción, desde 1533 fecha de la primera sublevación de
esclavos en la isla, existió una fuerte tradición de lucha contra la
esclavitud. Desde este punto de vista es importante destacar a la figura del
criollo libre José Antonio Aponte, ejemplo temprano del empeño por la
liberación de la esclavitud, quien organizó una insurrección de alcance
nacional.
La
figura de Aponte paradigma de su tiempo y héroe cubano, fue usada, sin embargo,
para reforzar el racismo; ya fuera por el “escarmiento” y el miedo en las
etapas colonial y republicana o por la deconstrucción del símbolo. En este
sentido es muy interesante recalcar que dos siglos después de los hechos,
todavía ha quedado en el imaginario popular la frase de: “es más malo que
Aponte”.
Durante
el del siglo XIX, cubano la fecha de 1844 marca un momento muy importante por los
sucesos de la llamada conspiración de la escalera, en la que fueron apresados
un sin número de negros y mulatos libres propietarios de pequeños y medianos
negocios, que incluso eran dueños de esclavos. Este suceso ha sido analizado en
la literatura posterior (Moreno, Barcia, Fernández Robaina) como un intento de
la corona por hacer desaparecer a una clase media negra en formación. La tradición
libertaria posteriormente se hizo patente en la participación de los esclavos y
esclavas y sus descendientes en las guerras de independencia contra el dominio
colonial español (1868 – 1895).
En la
nueva república en construcción la población negra no pudo ocupar el lugar que
le correspondía en relación a la participación que habían tenido desde el
inicio de la guerra de independencia y fueron excluidos una vez más de una
participación en las escalas de poder. La
fundación en 1908 del Partido de los Independientes de color constituye
un paradigma en el bregar de la población negra cubana en la lucha por sus
derechos. Su mayor importancia radica en haber sido una propuesta inclusiva de
reivindicación que fue más allá de este grupo poblacional para pensar en derechos fundamentales para toda la población
cubana.
Esta
propuesta que culminó en la masacre de la mayoría de los miembros de este
partido y de otras muchas personas, en número aún desconocido, de la población
civil en 1912 ha
sido en la actualidad objeto de múltiples debates. Desde la perspectiva de este
análisis este hecho marca un hito para la puesta en práctica de iniciativas que
contribuyan a la lucha contra el racismo aquí y ahora.
Impactos. La actualidad
El
gran debate dado desde finales del siglo XVIII y principios del XIX y que trajo
como consecuencia la abolición de la esclavitud ayudó del mismo modo a la
aparición y al reforzamiento de nuevas
formas de racismo en las sociedades en las que se desarrolló. De esta manera
aunque la esclavitud fue abolida, no lo fue por considerarse el maltrato o la
exclusión un mecanismo necesariamente inhumano, sino porque constituía una
práctica que devino obsoleta a los intereses más “avanzados” y al desarrollo de
estas sociedades.
“El
debate sobre la abolición de la trata suscitó, entre otras, la cuestión de la
naturaleza misma de las sociedades africanas y de la relación entre éstas y el
impacto de la trata. Tanto los abolicionistas como los anti-abolicionistas
juzgaron negativamente a estas sociedades a las que consideraban esencialmente
salvajes y brutales”. (Law, p. 67. En UNESCO, de la Cadena al vínculo. 2001).
La
abolición en Cuba (1886) con indemnización
tuvo una significación desde el
punto de vista legal para la
construcción y aporte al concepto de nación, sin embargo, desde el punto de
vista de las poblaciones fue muy poco su impacto, los antiguos esclavas y
esclavos siguieron dependiendo en su gran mayoría de sus antiguos amos, en la
mayoría de los casos en las mismas labores agrícolas o en las ciudades,
marginados desde el punto de vista social, no lograrían insertarse ni
participar en la nueva sociedad.
En
este sentido es interesante analizar el caso de Cuba, en el que la metrópolis
española ofreció un ejemplo sin igual de resistencia al mantenimiento de su
dominación y de la exportación de mano de obra africana. Lo interesante en este
caso es que aunque lo pareciera en primer plano, no estaba la corona española, sino la
aristocracia criolla en el poder, una
economía de plantación que seguía exigiendo a toda costa la fuerza de trabajo
esclava.
El abolicionismo
no implicó el anti – racismo. El primero fue el resultado de una presión y de
un deseo por avanzar desde el punto de vista social dejando atrás unos modos de
hacer que frenaban el desarrollo del capitalismo a nivel mundial; el segundo,
incluso hoy, no es aún aceptado por la mayoría de la humanidad.
Desde
esta perspectiva Nicéphore Soglo. Presidente de la República de Benin (1991
– 1996) nos dice lo siguiente:
Lo
peor para los pueblos negros no es haber sido víctimas, durante siglos, de la
mayor deportación de la historia de la humanidad, la trata de esclavos; lo peor
es que ellos mismos hayan interiorizado, hasta cierto punto, el discurso
racista inherente a esta práctica, y hayan terminado por creerse inferiores,
que hayan prestado oídos crédulos y a veces cómplices a las voces que
pregonaban en todos los tonos su inferioridad congénita. Nicéphore Soglo.
Presidente de la República
de Benin. (1991 – 1996)
Soglo
nos hace un llamado muy profundo para entender los costos de este fenómeno en
la población negra. Ha realizado una reflexión de incalculable valor para
entender la naturaleza misma de la trata de esclavos y como accionar con el
tema de la discriminación en el futuro desde la visión y el cuestionamiento de
los términos víctimas – victimarios.
La
investigación durante mucho tiempo se ha basado en fuentes manuscritas e
impresas contenidas en los archivos que nos permiten estudiar la trata, en
ellos; sin embargo han llegado hasta nosotros muy pocos testimonios materiales
de esta historia. La ignorancia y el prejuicio sobre el continente africano
pesan aún en nuestros discursos y junto con una lectura de los hechos desde la
perspectiva eurocéntrica y colonial han conformado los enfoques sobre la trata
de esclavos y sobre la vida y costumbres de los esclavizados en América y sus
descendientes.
En
estos debates que pretenden lograr una mirada más objetiva del asunto es muy
importante incorporar la relación género – esclavitud y género – racismo. Las cifras de la esclavitud
afirman que la cantidad de mujeres fue inferior a la del sexo masculino, las
mujeres fueron vilmente maltratadas, no sólo desde la posición de esclavas en
la que fueron colocadas, sino también por su misma condición de mujer.
En la
actualidad es necesario visualizar que en el caso del racismo las mujeres
negras son mucho más discriminadas que los hombres negros, porque cargan no
sólo las consecuencias de la esclavitud, sino aquellas derivadas de siglos de
opresión y discriminación que pesa sobre las mujeres.
Otro
de los debates de la contemporaneidad más reciente sobre este tema surgido a la
luz pública en la
Conferencia Mundial Contra el Racismo celebrada en la ciudad
de Durban (Sudáfrica) en el año 2001, es el tema de las reparaciones que trajo
consigo, ya desde ese momento un arduo debate y que es todavía hoy en día un cuestión
sobre la cual los activistas, organizaciones y los propios estados no han
podido llegar a acuerdos concretos.
Sin
embargo el tema de las reparaciones me parece una perspectiva muy interesante
para ser analizada desde esta óptica y considero un tema medular en la
actualidad dentro del contexto práctico del debate racismo y esclavitud.
Desde
la perspectiva del origen del planteamiento, las reparaciones tienen una total
legitimidad basada en dos elementos esenciales: que los propietarios de
esclavos recibieron indemnizaciones al abolirse la esclavitud y que la
reparación por los actos injustos cometidos forma parte de los fundamentos del
derecho.
Según
Doudou Diène ex relator para el tema en las Naciones Unidas es muy complejo el
establecimiento de las reparaciones, porque la trata trasatlántica de esclavos
es una cuestión de cuatro siglos de antigüedad que costó millones de vidas y
que sigue teniendo consecuencias en la actualidad.
No
obstante este debate también ha incorporado maneras concretas para llevarlas a
cabo. El tema de la cuestión económica es también un asunto sensible en este
caso porque constituiría un arma de doble filo: por un lado el costo financiero
de la trata de esclavos trasatlántica no podría ser calculado; por otra parte,
ese cálculo legitimaría siglos de accionar de la ideología esclavista que
convirtió la vida de millones de seres humanos en un negocio.
Dentro
de esta dinámica se han explorado y propuesto cuatro dimensiones en las cuales
las reparaciones podrían ser llevadas a la práctica. La dimensión Ética, la
histórica, la educacional y la económica. (Diène)
La
dimensión Ética propuesta en la
Declaración de Durban consiste en que los estados implicados
en el tráfico de esclavos declaren la esclavitud como un crimen de lesa
humanidad. Desde la dimensión histórica sería importante restituir la memoria
asociada con este hecho y que el crimen quedara documentado. La educación juega
un rol esencial, la enseñanza de la historia de la esclavitud debe ser incorporada
a los programas de estudio en todo el mundo. En tanto desde el punto de vista
económico, aún cuando se evidencian los elementos antes señalados; el debate
promueve analizar que los orígenes del subdesarrollo en África y la prosperidad
de Europa y de América podrían atribuirse a la trata y a la esclavitud
trasatlántica.